martes, 25 de mayo de 2010

BICENTENARIO en imágenes



BICENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO

25 DE MAYO

1810-2010



PATRIA MIA, TE SALUDO
Y
AL GRAN PUEBLO ARGENTINO, SALUD!!


Algunas de las fotos tomadas el día 24 de mayo en la Buenos Aires del bicentenario













Una celebración multitudinaria, el pueblo estaba en la plaza como en 1810, y como en 1910 también lo conmemoraron los que nos antecedieron.



No estuvimos en el primer centenario y seguramente no estaremos en el próximo. Este era nuestro momento en la historia y así lo vivimos, junto a nuestros hermanos y con todas las naciones que nos acompañaron en sus delegaciones.

Juntos y convocados por los mismos colores, los únicos, los de la Patria, en esta plaza y en cada una de las plazas de las provincias del país.

Con la esperanza, que cuando se conmemoren los trecientos años de la Revolución de Mayo, nuestros descendientes vuelvan a la plaza, y sigan cantando con el mismo fervor el Himno Nacional y que estén cobijados por la misma celeste y blanca que hoy nos convoca y nos representa.

Pienso que cada familia que estaba con sus hijos guardaba esa dulce esperanza.






sábado, 15 de mayo de 2010

Primera Junta de Gobierno



Primera Junta de Gobierno,
oficialmente la
Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII

Buenos Aires, mayo de 1810

Algunos acontecimientos,

El 14 de mayo de 1810 llegó a Buenos Aires la noticia de la disolución de la Junta de Sevilla, pues la ciudad había sido tomada por los franceses, que ya dominaban casi toda la Península: la Junta era uno de los últimos bastiones del poder de la corona española y había caído ante el imperio napoleónico.
El rey Fernando VII había sido depuesto y encarcelado por Napoleón, que nombró a su hermano José Bonaparte en reemplazo y como monarca de España.

Se había constituido un Consejo de Regencia de España e Indias, pero esa novedad no había llegado aún a las costas porteñas. Esos hechos ponían en cuestión la legitimidad de Cisneros como virrey, ya que había sido designado por una Junta que había dejado de existir.
El 18 de mayo, Cisneros proclamó que gobernaba en nombre del rey Fernando VII. Por su parte, un grupo de vecinos (entre los que se contaban Nicolás Rodríguez Peña, Hipólito Vieytes, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso, Antonio Luis Beruti, Domingo French y Cornelio Saavedra) solicitó a Cisneros la realización de un cabildo abierto para determinar los pasos a seguir por el virreinato. Cisneros se resistió, pero tras numerosas presiones y negociaciones
consintió la realización de un cabildo abierto el 22 de mayo.

El principal asunto de debate en el cabildo era el de la legitimidad del gobierno y de la autoridad del virrey. Algunos sostenían que la situación debía mantenerse sin cambios, mientras que otros defendían el principio de la retroversión de la soberanía, por el cual, desaparecido el monarca legítimo, el poder debía volver a los pueblos para que formaran un nuevo gobierno. El plural de “los pueblos” es importante: no se trataba de la soberanía de “el pueblo” como unidad abstracta, sino de “los pueblos”, las ciudades y sus ciudadanos, representadas por sus cabildos.

Así, por ejemplo, Castelli sostuvo que los pueblos americanos debían asumir la dirección de sus destinos en nombre de Fernando VII, hasta que el monarca pudiera regresar al trono, mientras que Juan José Paso defendió que el cabildo de Buenos Aires debía asumir ese papel y convocar a las demás ciudades a pronunciarse al respecto tan pronto como fuera posible.
Por amplia mayoría, se decidió destituir al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y que el gobierno recayera en el cabildo hasta que se formara una junta de gobierno. Todas esas novedades fueron comunicadas a los vecinos el 23 de mayo.

El 24 de mayo, se conformó una nueva Junta, que estaría a cargo del gobierno hasta la llegada de los diputados del resto del virreinato. Esa Junta tenía como presidente y comandante de armas a Cisneros y como vocales a Saavedra, Castelli y los españoles Juan Nepomuceno Solá y José Santos Incháurregui.

Esa noticia causó la indignación de algunos vecinos de la ciudad y, sobre todo, la agitación de las milicias: se consideró que la permanencia de Cisneros, aunque fuera con un cargo diferente al de virrey, era una burla a la voluntad del cabildo abierto.

Durante la mañana del 25 de mayo, las personas lideradas por los milicianos de Domingo French y Antonio Beruti, comenzó a reunirse en la Plaza Mayor. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la renuncia definitiva del virrey Cisneros y la formación de una Junta de gobierno, lo que efectivamente ocurrió horas después, cuando Cisneros había perdido ya todo apoyo.

La nueva Junta quedó conformada con Saavedra como presidente, Alberti, Azcuénaga, Belgrano, Castelli, Matheu y Larrea como vocales, y Paso y Moreno como secretarios. Esa Junta reiteró la convocatoria a los cabildos de las provincias para que enviaran diputados a Buenos Aires y aclaró que esos diputados se irían incorporando a la Junta a medida que llegaran.

Ni el consejo de Regencia, ni los miembros de la Real Audiencia aceptaron la nueva situación. Los miembros de la Audiencia no quisieron tomar juramento a los miembros de la Primera Junta y, en cambio, juraron fidelidad al Consejo de Regencia. Ante esas actitudes, la Junta decidió deportar a los miembros de la Audiencia y nombrar una nueva, compuesta íntegramente por criollos leales a la revolución.


Al principio, la Junta no se presentó como una ruptura al orden preexistente sino como una continuidad de la soberanía del monarca Fernando VII, y mientras estuviera prisionero en Francia. Se basó en la teoría de la retroversión de la soberanía, expuesta por Juan José Castelli en el Cabildo Abierto del día 22 de mayo, y el derecho de los pueblos a conferir la autoridad o mando en ausencia del monarca.

En España se habían formado Juntas de Gobierno bajo ese mismo principio, que desconocían la autoridad del rey José Bonaparte nombrado por Napoleón Bonaparte en reemplazo del Deseado.

En Buenos Aires se establece la junta de gobierno que actuaría en representación del Rey Fernando VII y luego se comunica de la decisión al resto de las provincias.
Las condiciones políticas de entonces no estaban dadas para una declaración formal de Independencia, aunque en ciertas personas, como Mariano Moreno, ya se alimentaba esa inquietud.

"De acuerdo al historiador Félix Luna en su libro Breve historia de los argentinos,
una de las consecuencias más importantes de la Revolución de Mayo en la sociedad que dejaba de ser un virreinato fue el cambio de paradigma con el cual se consideraba la relación entre el pueblo y los gobernantes. Hasta aquel entonces, primaba la concepción del bien común: si bien se respetaba completamente la autoridad monárquica, si se consideraba que una orden proveniente de la corona de España era perjudicial para el bien común de la población local, se la cumplía a medias o se la ignoraba. Esto era un procedimiento habitual.
Con la revolución, el concepto del bien común dio paso al de la soberanía popular, impulsado por personas como Moreno, Castelli o Monteagudo, que sostenía que en ausencia de las autoridades legítimas el pueblo tenía derecho a designar a sus propios gobernantes.

Con el tiempo, la soberanía popular daría paso a la regla de la mayoría, que plantea que es la mayoría de la población la que determina, al menos en teoría, al gobierno en ejercicio. Esta maduración de las ideas fue lenta y progresiva, y llevó muchas décadas hasta cristalizarse de una manera electoral, pero fue lo que llevó finalmente a la adopción del sistema republicano como forma de gobierno de Argentina.

Otra consecuencia, también según el mencionado historiador, fue la disgregación de los territorios que correspondían al Virreinato del Río de la Plata en varios territorios diferentes. La mayor parte de las ciudades que lo componían tenían poblaciones, producciones, mentalidades, contextos e intereses diferentes entre sí.

Estos pueblos se mantenían unidos gracias a la autoridad del gobierno español; al desaparecer ésta, las poblaciones de Montevideo, Paraguay y el Alto Perú comenzaron a distanciarse de Buenos Aires. La escasa duración del Virreinato del Río de la Plata, de apenas 38 años, no logró que se forjara un sentimiento patriótico que las ligara como una unidad común. Juan Bautista Alberdi también considera a la Revolución de Mayo una de las primeras manifestaciones de las disputas de poder entre la ciudad de Buenos Aires y las del interior, uno de los ejes alrededor del cual giraron las guerras civiles argentinas. Alberdi escribió en sus Escritos póstumos lo siguiente:

La revolución de Mayo de 1810, hecha por Buenos Aires, que debió tener por objeto único la independencia de la República Argentina respecto de España, tuvo además el de emancipar a la provincia de Buenos Aires de la Nación Argentina, o más bien el de imponer la autoridad de su provincia a la nación emancipada de España. Ese día cesó el poder español y se instaló el de Buenos Aires sobre las provincias argentinas."



PRIMERA JUNTA

Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII

Titular
Cornelio Saavedra
Desde 25 de mayo de 1810
Residencia Fuerte de Buenos Aires
Creación 25 de mayo de 1810
Sucedido por Junta Grande

Se conoce con el nombre de Primera Junta de Gobierno,
oficialmente la «Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII», a una Junta de gobierno surgida en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Tuvo lugar tras la destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, como consecuencia de la Revolución de Mayo.

Integrantes de la Primera Junta

Presidente
-Cornelio Saavedra

Secretarios
Mariano Moreno
•Juan José Paso

Vocales
•Manuel Alberti
•Miguel de Azcuénaga
•Manuel Belgrano
•Juan José Castelli
•Juan Larrea
•Domingo Matheu


Esa Primera Junta no declaró la independencia: aunque desconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, asumió las tareas de gobierno en nombre del rey de España Fernando VII, quien había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona (su lugar fue ocupado por el francés José Bonaparte).


En las Actas del Cabildo del 24 de mayo y 25 de mayo, refiriéndose a esos miembros de la Junta de Gobierno dicen que
“de rodillas y poniendo la mano derecha sobre los Santos Evangelios prestaron juramento de desempeñar legalmente el cargo, conservar íntegra esta parte de América a nuestro Augusto Soberano don Fernando VII”.
Y la Proclama del día siguiente, el 26 de mayo dice que es un deseo eficaz de la Junta de Gobierno elegida en el Cabildo “el sostén de estas posesiones de América en la más constante fidelidad y adhesión a nuestro muy amado Rey y Señor Don Fernando VII”.

Los fundamentos doctrinarios se complementaron con la teoría de la subrogación, por la cual al sustituir a la autoridad virreinal se asumían todas sus funciones y dignidades, por lo que la Junta debía ser reconocida por todas las ciudades y villas.

El nuevo gobierno desconoció la autoridad del Consejo de Regencia sobre el territorio americano, basándose por un lado en su carencia de representatividad con respecto a los territorios americanos; por el otro, en su falta de legitimidad, puesto que el órgano que le había transmitido sus poderes, la Junta Suprema Central, no disponía de las facultades para hacerlo.

"En la muy noble y muy leal ciudad de la Santísima Trinidad, Puerto de Santa María de Buenos Aires, a 25 de Mayo de 1810: sin haberse separado de la Sala Capitular los Señores del Exmo. Cabildo, se colocaron a la hora señalada bajo de docel, con sitial por delante, y en él la imagen del Crucifijo y los Santos Evangelios; y comparecieron los Señores Presidente y Vocales de la nueva Junta Provisoria gubernativa, D. Cornelio de Saavedra, Dr. D. Juan José Castelli, Licenciado D. Manuel Belgrano, D. Miguel de Azcuénaga, Dr. D. Manuel Alberti, D. Domingo Mateu y D. Juan Larrea; y los Señores Secretarios Dr. D. Juan José Passo y Dr. D. Mariano Moreno, quienes
ocuparon los respectivos lugares que les estaban preparados, colocándose en los demás los Prelados, Jefes, Comandantes y personas de distinción que concurrieron (...)

La sede del gobierno fue fijada en el Fuerte de Buenos Aires, que sirviera desde 1776 como residencia de los virreyes y donde hoy se encuentra la Casa de Gobierno. La Primera Junta existió como tal hasta el 18 de diciembre del mismo año, en que con la incorporación de diputados del interior se transformó en la Junta Grande.

Acción de gobierno
Una de las primeras medidas de la junta fue exigir juramento de obediencia; la Audiencia, el Cabildo y el Tribunal de Cuentas lo hicieron bajo protesta.

Con el objetivo de incorporar al resto del virreinato al proceso revolucionario, se envió la Circular del 27 de mayo a sus ciudades y villas. El documento comunicaba a los pueblos del interior de los sucesos acaecidos en la ciudad de Buenos Aires y se les requiere que designen y envíen sus diputados a la misma, exigía el reconocimiento y solicitaba la designación de representantes, que debían trasladarse a Buenos Aires, para integrar la Junta de Gobierno
“conforme y por el orden de llegada a la capital,
para que así, se hagan parte de la confianza pública que conviene al mejor servicio del rey y gobierno de los pueblos”.

Tal información es modificada el 16 de julio del mismo año al comunicarse a las villas que no eran cabeza de partido que se abstuvieran de enviar a sus elegidos.

El 28 de mayo la Junta dictó su propio reglamento. Los asuntos del gobierno se derivaron en dos secretarías: de Gobierno y Guerra, a cargo de Mariano Moreno, y de Hacienda, encomendada a Juan José Paso. Las milicias fueron transformadas en regimientos regulares, dando origen al ejército de la revolución. Reconocía el derecho a petición al declarar que todo ciudadano podía hacer conocer a la Junta sus preocupaciones en materia de seguridad y "felicidad pública".

Obras de gobierno

La Gazeta de Buenos Ayres
•Invitó a las provincias a enviar diputados para que participaran en un Congreso.
•Creación por decreto de La Gazeta de Buenos Aires, primer periódico que fue usado
como medio de propaganda política criollo.
•Fundó la Biblioteca Pública y fomentó la educación primaria.
•Atendió las necesidades de los indígenas y la salud de la población.
•Creó la primera escuadrilla naval y el Ejército.
•Creó el Departamento de Comercio y Guerra.
•Abrió la Escuela Militar de Matemática, destinada a la formación de oficiales
jóvenes.
•Habilitó nuevos puertos para agilizar la exportación de productos autóctonos.
•Promovió la venta de tierras en zonas fronterizas, para incentivar el poblamiento de
todo el territorio y aprovechar las riquezas naturales.
•Ordenan la detención del virrey Cisneros.
•Ordenan el arresto de Santiago de Liniers.
•Envían a Mariano Moreno en misión diplomática a Londres.
•Envían expediciones militares a Paraguay y Alto Perú.

Medidas frente a la Contrarrevolución
Los funcionarios españoles se resistieron al desplazamiento de Cisneros. Surgió así el problema de la contrarrevolución.

En Buenos Aires los principales núcleos de oposición fueron: la Audiencia, el Cabildo y el ex virrey. La Audiencia no reconoció a la Junta. Esta dispuso, en junio de 1810, la detención de Cisneros y de los miembros de la Audiencia y su embarque hacia España.

El Cabildo continuó en la oposición, hasta que sus integrantes fueron reemplazados por partidarios de la revolución.

En el interior, las autoridades de Córdoba (el 20 de junio), Potosí, Cochabamba, La Paz, Chuquisaca, Paraguay y Montevideo desconocieron el poder de la Junta Gubernativa.

Se organizaron movimientos contrarrevolucionarios; el más peligroso, por su cercanía de Buenos Aires, fue el de Córdoba, que, dirigido por Liniers, estableció contactos con las autoridades altoperuanas, y reunió fuerzas para resistir.

La primera población en reconocer a la junta fue la de Luján el 2 de junio, le siguieron las de Maldonado (el 4 de junio) y Colonia del Sacramento (5 de junio), pero estas dos poblaciones fueron ocupadas por los realistas de Montevideo. Luego Concepción del Uruguay (8 de junio), Santo Domingo Soriano (9 de junio), Santa Fe (12 de junio), el Fortaleza de Santa Teresa, San Luis (13 de junio) y Corrientes (16 de junio). Salta el 19 de junio en medio de una gran oposición, Gualeguay, Gualeguaychú y Catamarca (22 de junio), Mendoza (23 de junio), Tarija (25 de junio). San Miguel de Tucumán decidió el 11 de junio esperar la decisión de Salta y luego lo hizo a favor el 26 de junio. Santiago del Estero (29 de junio).
El gobernador de Misiones el 8 de julio. El cabildo de San Juan la rechazó el 13 de julio y la reconoció el día 28. San José de Jáchal (6 de agosto), San Agustín de Valle Fértil (10 de agosto). Después de sofocada la reacción de Liniers lo hizo Córdoba (8 de agosto) y Río Cuarto (13 de agosto), mientras que La Rioja evitó pronunciarse a favor hasta el 1 de septiembre. San Salvador de Jujuy (el 4 de setiembre). Cochabamba (23 de septiembre), Santa Cruz de la Sierra(24 deseptiembre), Chuquisaca (13 de noviembre), La Paz (16 de noviembre), Oruro (4 de diciembre).

La Junta trató de disuadir a los complotados; al no lograrlo, recurrió a la acción armada y a los castigos ejemplares. La medida más controvertida fue el fusilamiento de los contrarrevolucionarios de Córdoba, ejecutado durante la Primera Campaña al Alto Perú. Fue aprobado por la totalidad de los miembros de la Junta, con excepción del sacerdote Manuel Alberti.

Tres campañas militares organizó la Junta para terminar con la oposición de los funcionarios metropolitanos: Campaña al interior y al Alto Perú (1810-1811); Campaña al Paraguay (1811) y la Campaña a la Banda Oriental (1811-1812).


Crisis y transformación de la Junta
Hacia fines de 1810 las divergencias entre morenistas (tendencia más radical dentro de la Junta, conducida por Moreno) y saavedristas (tendencia más conservadora, encabezada por Saavedra) derivaron en la primera crisis de gobierno.

Como respuesta al gesto de un oficial de los Patricios, en que durante un banquete de oficiales exaltaba excesivamente la persona de Saavedra, como si fuera el "rey o emperador de América", Moreno presentó a la Junta un proyecto de Supresión de Honores. Éste reservaba los honores para la Junta como institución de gobierno, eliminando los destinados al presidente (Saavedra). Hábilmente, éste no opuso, y el documento fue aprobado el 6 de diciembre de 1810. Sin embargo, los jefes milicianos, temerosos de la pérdida de poder de Saavedra, presionaron para desplazar a Moreno.

Las ciudades del interior, cumpliendo lo dispuesto en la circular del 27 de mayo, enviaron sus representantes a la capital, para ser incorporados en la Junta. El Deán Funes, diputado de Córdoba, lideró el grupo.

Partidarios de la revolución, pero moderados en su mayoría, tenían diferencias con los porteños, fueran estos moderados o morenistas. Defendían el derecho de los pueblos a participar en el gobierno y recelaban de la supremacía de la capital.

Moreno se oponía a integrarlos a la Junta, considerando que debían formar el Congreso General de los pueblos para sancionar la constitución y establecer la forma definitiva de gobierno. Advertía que aumentar el número de integrantes del ejecutivo atentaría contra la unidad de criterio y la rapidez de la toma de decisiones.

La votación del 18 de diciembre de 1810, destinada a decidir la incorporación de los diputados del interior terminó con una amplia mayoría a favor de la incorporación.

Mariano Moreno consideró que la decisión era contraria al bien general del Estado, aceptó la voluntad de la mayoría y presentó su renuncia, que no fue aceptada.

Posteriormente solicitó ser enviado en misión diplomática al exterior. Se le encomendó realizar gestiones en Río de Janeiro y Londres, pero murió en altamar.

Los diputados fueron integrados a la Junta, y el conjunto constituyó la llamada Junta Grande, que se formó oficialmente ese mismo día.

*Factores externos e internos que llevaron a los acontecimientos de mayo de 1810 en Buenos Aires

Existían, por cierto, una serie de factores externos e internos que, lentamente, crearon las condiciones para que se desarrollaran los eventos de mayo de 1810 en Buenos Aires. Algunos de ellos venían desarrollándose desde el siglo XVIII. Así, por ejemplo, el hecho de que los Estados Unidos de Norteamérica declararan su independencia en 1776 y lograran establecer un gobierno republicano independiente de Inglaterra constituía un antecedente importante. De la misma manera, la difusión de los ideales de la Revolución Francesa de 1789 representó un papel digno de mención en la conformación del ideario de mayo. Más directamente, las Guerras Napoleónicas y los primeros triunfos de Bonaparte contra España llevaron a las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII a la corona y a la formación de la Junta de Sevilla (y luego del Consejo de Regencia) para gobernar en su nombre: la resistencia al gobierno napoleónico y la lealtad a Fernando VII estaban en el corazón de la proclama del Cabildo de 1810.

Uno de los factores de descontento interno estaba dado por el monopolio del comercio exterior que España mantenía sobre sus colonias. Eso implicaba que ciudades como Buenos Aires tenían formalmente prohibido el intercambio con comerciantes de otras naciones y, dada la precariedad de los contactos con la metrópoli, se desarrolló un verdadero sistema de contrabando de bienes. Además, Buenos Aires fue invadida dos veces, en 1806 y 1807, por tropas inglesas, y en ambos casos los vecinos de la ciudad, organizados en milicias, lograron expulsar a los invasores.
Aunque estos sucesos no produjeron un movimiento independentista, sí alimentaron una sensación de desamparo respecto de España y de confianza en las propias capacidades (de hecho, Santiago de Liniers, el héroe de la segunda liberación, fue designado virrey entre 1807 y 1809). Más importante aún, las milicias criollas adquirieron un importante peso político que sería decisivo para el desarrollo de los eventos de mayo.



Era solo el comienzo de un largo y dificil camino, donde existieron las llamadas "Luchas por la Independencia", en las que nombres como San Martín, Belgrano, Güemes y otros patriotas defendieron en batallas, en las cuales se perdieron muchas vidas y se regó con sangre la tierra, lo que recién se consolidaría en el Congreso de San Miguel de Tucumán el 9 de julio l816, con la presencia de la mayoría de los representantes del pueblo de las Provincias Unidas de Sud América.

Es recién allí, 6 años después, donde el pueblo de las provincias eligió a sus diputados para un congreso y los representantes del futuro país se reunieron para expresar la voluntad del pueblo de:
“romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli (y toda otra dominación extranjera)”.

Pronto aparecieron claramente intenciones independentistas, que quedaron ratificadas en el Congreso de Tucumán de 1816, y se desató una guerra contra los realistas, que se extendió a toda América y terminó con la liberación del continente.

Luego, siguió una guerra civil que extendió durante décadas los enfrentamientos en lo que hoy es el territorio argentino.

Aunque la Revolución de Mayo de 1810 da un inicio, el proceso de construcción del estado nacional se consolida el 9 de julio de 1816 en Tucumán, y su concreción definitiva sólo se produjo en 1862, tras la batalla de Pavón, con la unificación de la Confederación Argentina y la Provincia de Buenos Aires, que no había adherido a la Constitución en 1853.



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"Primera Junta" en la página web Wikipedia
•Primera Junta (Producción del Ministerio de Educación de la Nación)

Ministerio de Educación
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