¿Quiénes son? ¿Quiénes somos? ¿Qué son? ¿Qué somos? ¿Cómo son? ¿Cómo somos? ¿Qué es eso de los argentinos?
Probablemente, cada argentino tenga una respuesta distinta. De hecho, cada argentino tiene su propia teoría sobre la vida, sobre el país, sobre la ciudad, sobre su vecino y sobre sí mismo. Siempre habrá un tango a mano que arrime una pizca de filosofía o nostalgia o historias de esas que nos pintan de cuerpo entero, tal como somos, "con la ñata contra el vidrio". Siempre habrá una zamba, una chacarera,una vidalita o una milonga que ponga a los argentinos frente al espejo de su verdadera y compleja identidad. De norte a sur y de este a Oeste.
Sin embargo, en cualquier lugar del planeta, dicen que los argentinos somos inconfundibles. Por eso siempre parece que estamos de vuelta de todas las cosas: somos inventores de la birome, del dulce de leche, del dos por cuatro y, como si eso fuera poco, ahí está el Río de la Plata, que es el río más ancho del mundo, y la avenida Rivadavia, que es la calle más larga del mundo, y la Nueve de Julio, que es la avenida más ancha del mundo, y las cataratas del Iguazú, y la Quebrada de Huamahuaca, y el Glaciar Perito Moreno, bellezas geográficas que nosotros usamos como metáforas y símbolos que nos permiten el sueño de ser "mejores que...". Por no hablar de los asados y los ñoquis y ravioles con pesto, que son los más sabrosos del mundo, y los bizcochitos con grasa y los partidos de fútbol, los domingos a la tarde, cuando el mate, dulce o amargo, va de mano en mano sembrando tibieza o inminencia de lunes, que es decir colegio, trabajo, despertador, problemas, deudas y malabares de la lucha cotidiana.
¿Cómo entonces los argentinos no vamos a ser lo que somos? ¿Dónde se comen las mejores pastas y la mejor carne y las mejores facturas si no en la Argentina? Freud era un judío vienés, pero aquí, entre nosotros, ¿dónde mejor que en Villa Freud para curarse los complejos y los traumas?. Más de 5.000 psicoanalistas y 10.000 psicólogos sólo en Buenos Aires aseguran que no es por pedantería que el edipo y la terapia y la sobreprotección y el diván están hasta en boca de Mafalda, esa niñita argentina que recorre el mundo, dándole vueltas y dándolo vuelta.
Lo mismo que la pizza: la inventaron los italianos, es cierto, pero, ¿dónde se come la mejor fugazzeta con fainá si no es en esa esquina-ésa y no otra- a la que siempre volvemos?.
Siempre según esa visión entre humorística e irónica, de los argentinos se ha dicho, que mientras los demás seres humanos descienden del mono, nosotros, descendemos del barco inmigrante, con más de un naufragio en nuestro haber y tantas nostalgias al hombro, que hasta tenemos fama de eternos melancólicos. Y hasta a veces parece que fuera cierto: gallegos, tanos, rusos, turcos, que es una manera de decir españoles, italianos, judíos, árabes, desembarcaron acá para mezclarse y ser apasionadamente argentinos, como si, para serlo, hubiese sido necesario tanto de tantas partes del mundo.
Sin duda, la Argentina es un país de grandes pasiones, hasta viejas cuentas históricas de la centuria pasada aún levantan ampollas, por no hablar cuando sus ecos se prolongan en lo que va de este siglo, con milenio y todo. Ni siquiera la mano de Dios pudo quedarse quieta cuando Maradona, el único, hizo el milagro que hizo...Por eso, ¿iban a dejarlo solo a él, perdón, a Él, al Pelusa, cuando un extraño episodio-el destino o como se llame-lo expulsó del Mundial? ¿Acaso lo dejamos solo al Toro Salvaje de las Pampas cuando las tromadas de Dempsey lo pusieron a dormir en el ring?
¿Acaso no somos concientes, a pesar de Medellín, de que el Morocho cada día canta mejor? ¿Acaso no se conmovieron todos- amigos y enemigos- el día de hace más de 40 años en que los relojes marcaron las 20 y 25?
Sin embargo, es curioso: decir "yo, argentino" es toda una declaración de prescindencia, de una neutralidad casi helvética, una metáfora del "no te metás" en un país donde, pese a todo, la amistad es un culto-"los amigos son los amigos"- y, para bien o para mal y en las buenas y en las malas, constituye un tema que exige incondicionalidad, entrega, tanto como la madre, la misma que, como ya se sabe, aunque se desplome en el piletón, hay una sola.
Acaso por esa mezcla de viscerales pasiones colectivas e individualismo raigal, la Argentina es una gigantesca fábrica de mitos multitudinarios y solitarios héroes de carne y hueso. En efecto, el país no dió al mundo grandes movimientos artísticos, sino grandes artistas, ni grande elaboraciones científicas, sino grandes científicos, ni grandes avances tecnológicos, sino grandes técnicos, ni grandes escuelas pictóricas, sino grandes plásticos, ni grandes movimientos literarios, sino geniales escritores, excepcionales arquitectos y famosos músicos y descollantes bailarines y maravillosos poetas y exelentes dramaturgos y geniales actores e incisivos humoristas y dibujantes y sociólogos y psicólogos y deportistas y periodistas e infógrafos y modistos, hasta tal punto que, para el mundo, en cualquier rincón del planteta, los argentinos "somos Gardel". Pero no solo somos Gardel-ya sin comillas-, el tango, el obelisco y el mate.
También somos el locro y la torta frita, Martín Fierro y las fiestas y ceremonias de la Pacha Mama.
Los herederos del viejo circo criollo y de los "Chispazos de Tradición" de la radio de otros tiempos. Del teatro de los Podestá y del radioteatro de Juan Carlos Chiappe. Somos un poco el humor melancólico de Sandrini, el "patapúfete" de Biondi y los gestos pícaros del Negro Olmedo. Más allá de esa suerte de escepticismo fatalista del "yo, argentino", también estamos asumiendo, como canta Eladia Blázquez, que
"somos como somos o no somos nunca más".
Copiado textualmente de un fascículo de Cultura, del diario Clarín.
Coleccionados y encuadernados por mi padre para mi hija.
Fotos tomadas de Internet
9 comentarios:
FERI,
abrimos los comentarios si te parece, ahora subo el tuyo para que lo inaugures.
Gracias por venir y por todo lo demás.
A tu casa tenía que ir, aunque no logré atender debidamente ni al pichicho, ni al manoncito flequilludo, ni las plantitas...pero igual me divertía.
Me alegra verte por acá...¡te extrañé!
BESOS!!
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.:*:. Ferípula .:*:.
No te puedo dejar comentario en el post de los argentinos....grandioso, Irma!
Tanta cosa peculiar, que sólo nosotros comprendemos y queremos.
Hay un no sé qué...con olor a café con leche y pan con manteca y dulce, inconfundible, tan nuestro....
Gracias por pasar por el blog! Sos un amor!!!
Y a la bella Nanny, Feliz Cumple!!!!
Besos!!!!
Irma, realmente espectacular. Hoy lo leo por segunda vez y realmente me parece maravillosa esa manera de describir a un pueblo al que quiero mucho.
Buenísimo!!!
Un abrazo fuerte.
Maya
M:M.
(con mayúsculas, por tratarse de vos)
Te cuento, estaba buscando un libro en la biblioteca y encontré un fascículo suelto, al leerlo me encantó!, ese modo entre irónico y humorístico en que es tratado me pareció genial. Merecía un post.
Hay una segunda parte, que ya casi tengo lista pero son modismos, palabras y frases sueltas que tienen más sentido para nosotros.
Te agradezco las palabras de afecto y ese cariño que manifestás hacia nosotros y me alegra que te gustara esta entrada.
Gracias por todo!!
Un fuerte abrazo y beso!
¿QuiÉn estoy?, ¿dÓnde soy?
soy ARG de carton pintado y me gusta ello....
faltó eeeeappepe,chheeee y rosita ya estan los ravioles?
excelente informe,cariños
CARLOS
¡También me gusta!
Te estás olvidando de ¡salta Violeta! y son las 5 menos 5 faltan 5 pa´ las 5...¿era en blanco y negro?, pasó tanto tiempo que ya ni me acuerdo!
Es que soy de la época del "CD" gigante,negro y de vinilo y ya se me pierden los recuerdos.
Esperame con el mate, voy hasta Del Viso...¿tenés el Winco todavía?
Besotes!
Siiiiiiiii soy todo eso hasta el locro, jajaja los recuerdos que me trae el locro jajaja no puedo parar de reime. .. muy buen Irma felicitaciones
Besossssssss
LIDIA
Tu risa y recuerdos me contagian...hemos hecho desastres en la cocina jaja!!...el locro era rico!,
pero no creas que me olvido de aquellos chorizos que tenían que ser al "vino blanco", y los hiciste con "vino dulce"...lo malo es que pretendías que los comiéramos con gusto!...tus víctimas lo intentamos jaja!!
Ay...hermana, no sé como han sobrevivo tantos a nuestras recetas...pero bueno, al fin aprendimos.
Anoche Ele me pidió una escarapela, y me vinieron tantos momentos a la memoria... ¡como esperábamos el 25 de Mayo!,
era una fiesta(olvidate los desfiles), sino en casa...el asado, las empanadas, los pastelitos, alguna torta decorada en celeste y blanco...tio Ricardo, infaltable para la picada y el moscato "Guardia Vieja" en barrilito...ja!
Ya!...me voy...bajo a tierra.
Un fuerte abrazo!!!
Mil besos!
¡Me saco el saco y me pongo el pongo! Irma, impecable el texto, aunque un poco porteñoso. Igualmente con el aporte enorme que el país interior le hizo a la capital, realmente está plasmada nuestra idiosincrasia urbana.
Lo de "yo, argentino" tuvo su origen en las persecusiones policiales contra los extranjeros, a principios del s.XX. Los compatriotas de entonces, para zafar de las razzias, decían "yo, argentino". Y supongo que más de un extranjero lo habrá dicho en perfecto cocoliche. Luego la frase pasó a ser sinónimo de falta de compromiso...
Un beso, con mate amargo y tortas fritas.
MARÍA MARTA
También lo vi porteñoso, pero me causó gracia y me vi en varios puntos, pensé que podía molestarle a alguien y dudé...pasa que mi sentido del humor no es muy amplio, puedo morir de risa con Les Luthiers o Luis Landriscina...
y nada con otros conocidos o situaciones supuestamente graciosas en la tele, por ejemplo,
no!...aquí toqué un punto delicado para mi, la tele suele hacerme recordar todas las malas palabras que ususalmente no empleo, mis amigos y familiares lo saben, tampoco tengo un repertorio muy amplio, a veces debo recurrir a algún buen amigo para que me traduzca alguna.Pero me basta encender la tele...ver un poco, decir alguna "cosa" y apagarla de nuevo.
Te lo cuento, por que me acaba de pasar ¡otra vez! y no aprendo.
Volviendo al texto, me causa gracia cuando nos reímos de nosotros mismos, de nuestros modos, nuestras cosas.
En verdad el ambiente, los modos, el humor y hasta las comidas cambian en los distintos puntos del país...justamente, también de eso se trata y todos tenemos un poco del otro y de esta mezcla sale el "argentino"...
¡Somos como somos!...
Ovbiamente es un intercambio, nuestros poetas, músicos, cantantes, bailarines son de los distintos puntos del país, si es por nombrar, falta aquí la parte aborigén que buen aporte tiene, muchos de nuestros artistas llevan esa sangre, como La Negra Sosa, Guaraní,Hamlet Lima Quintana(Descendiente de la tribu de Coliqueo) y muchos más que ni se tiene idea.
Somos todo eso y bueno es asumirlo.
Me extendí...estoy relajada después de "un día agitado".
Gracias por tu aporte y por venir!
Un fuerte abrazo!!
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