- 9 de julio de 1894-2009-
La Avenida de Mayo, situada en el barrio porteño de Monserrat, fue el primer bulevar que tuvo la Ciudad de Buenos Aires, Argentina y la columna vertebral del centro histórico y cívico de dicha urbe. Nació opulenta y majestuosa y se transformó con el tiempo en símbolo de las relaciones argentino–españolas, y en escenario de todas las manifestaciones sociales porteñas. Fue la primera avenida de la República y de toda Sudamérica.
La ciudad de Buenos Aires inició un importante desarrollo a partir de 1880, año en que fue designada capital de la Nación Argentina y el presidente Julio Argentino Roca nombró intendente de la misma a Torcuato de Alvear.
Comienza en la calle Bolívar y su trazo de este a oeste corre entre las laterales Hipólito Yrigoyen y Avenida Rivadavia. De esta manera conecta la histórica Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso en una extensión de unas diez cuadras.
Su realización se inspiró en los bulevares de París, pero la caudalosa vertiente inmigratoria española tipificó su carácter hispánico al poblarse de teatros de zarzuelas, cafés de tono madrileño, ateneos, asociaciones literarias y peñas formadas por ellos, influyendo en su arquitectura, razón por la cual se la suele comparar con la Gran Vía madrileña.
Se convirtió en el grandioso escenario de la vida pública de principios del siglo XX y los frentes de sus sofisticados edificios de estilo art nouveau, neoclásico y ecléctico constituyeron el magnífico marco de recepción de los ilustres visitantes extranjeros. Es tal vez el mejor ejemplo urbano de la prosperidad de la Argentina de principios del siglo XX: debajo de ella circula el primer subterráneo (metro) que hubo en el Hemisferio Sur.
La avenida fue inaugurada el 9 de julio de 1894, en una ceremonia llena de pomposidad oficial y alegría popular. El día anterior hubo una procesión de antorchas y el día inaugural se prendieron fuegos artificiales en la plaza Lorea. Luces de bengala sujetas a las columnas de luz a gas iluminaron su trayectoria durante 20 minutos. En la cabecera oeste se colocó un gran arco con la inscripción: 9 de julio de 1816 – 9 de julio de 1894. El foco del acorazado Almirante Brown presidió el festejo en la Plaza de Mayo, cuyas fuentes se transformaron en pagodas chinescas.
Sin embargo la totalidad de su trayecto se completaría en septiembre. El costo resultó ser finalmente de 14 millones, a pesar de que de los 115 inmuebles afectados, 85 fueron cedidos por sus propietarios a cambio de la exoneración de impuestos.
La avenida tuvo desde su inauguración 30 metros de ancho, compuesto por veredas de 6,5 metros y calzada de 17 metros. La altura de los edificios se fijó entre 20 y 24 metros, sin contar los techos de mansarda.
Para la iluminación se utilizaron lámparas a gas sobre columnas de bronce que se completaban con alumbrado eléctrico instalado en cada cuadra sobre tres refugios ovalados colocados sobre el centro de la calzada.
En cuanto al adoquinado se adoptó el de madera que se utilizaba en París y Londres.
Se discutió que no era el más apto para el suelo de Buenos Aires. La primera madera utilizada fue la pinotea y duró solo dos años. En 1895 se ensayó con algarrobo, para el cordón, granito de Tandil y para las veredas, baldosas nacionales. El lavado de la calzada se realizaba mediante mangas de riego.
La construcción de los primeros edificios de corte academicista fueron un testimonio elocuente de la influencia de la arquitectura francesa y hermosearon y modernizaron el entorno de la avenida. Gracias a las nuevas técnicas que utilizaban el hormigón armado y las vigas de hierro las construcciones eran más altas y macizas; y cambiaron de modo decisivo la apariencia del antiguo centro de la ciudad.
LA CASA DE LA CULTURA
El suntuoso edificio que ocupaba el diario, La Prensa, actualmente la Casa de la Cultura, es un edificio construido por Agote y De Gainza a finales del siglo XIX para ser sede del periódico La Prensa, fundado por José Clemente Paz. Fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1995. Posee una torre coronada por una estatua de fundición de 4.100 kg de bronce dorado, obra del escultor Maurice Bouval fundida por la casa Thiebaut Frères de París. La misma sostiene una antorcha y un escrito, simbolizando así la libertad de prensa, de estilo neobarroco.
Bar London City
El antiguo edificio de la tienda Gath y Chaves, cuya cúpula remite al academicismo, pero el resto de su fachada fue tendiendo a una oposición al mismo. Se destaca por una fachada modulada en hierro, vidrio, ornamentos aplicados y un coronamiento académico.
Desde 1954 en su planta se encuentra la clásica confitería London City, donde Julio Cortázar situó pasajes de su novela Los Premios.
A esta ecléctica producción se le añadiría entre fines del siglo XIX y principios del XX la vertiente art nouveau, que sin embargo no destruyó la armonía del conjunto. Así, las figuras oníricas, las sirenas, los ángeles, las flores, los firuletes de hierro y de mampostería; se esparcieron por los balcones, las fachadas, los portones, los techos de pizarra y las cúpulas suntuosas, como en París o como en Barcelona y Madrid; mezclados con elementos de los estilos Luis XIII y Luis XV y ornamentación de carácter italiano incluidas por algunos arquitectos.
El 15 de septiembre de 1911 comenzó la construcción de la línea de subte Anglo Argentina, llamada Línea A a partir de 1939. El tramo Plaza de Mayo–Plaza Miserere fue inaugurado el 1 de diciembre de 1913
De manera que tanto el tren, que hoy es de pasajeros, como el subte, circulan por debajo de la avenida, si bien el primero no es visible ni puede accederse desde ella
Los primeros edificios construidos fueron principalmente de hoteles que anteriormente se hallaban en la zona portuaria. Varios de ellos eran de lujo, destinados a captar a los extranjeros que venían por motivos de negocios. El Metropole poseía comodidades que no contaban ni siquiera los mejores establecimientos europeos. El Majestic se inauguró en mayo de 1910 en la esquina de Santiago del Estero para recibir a las delegaciones extranjeras que llegaban para la celebración del Centenario Patrio. El proyecto original fue de los arquitectos Collivadino y Benedetti.
Otro hotel muy lujoso fue el Gran Hotel España, creado en 1897 con 315 habitaciones
El Hotel Castelar
El Hotel Castelar
aún existente, fue construido en 1928 por el arquitecto Mario Palanti, en estilo académico. Su nombre inaugural fue Excelsior, pero el nuevo nombre se lo dio Francisco Piccaluga, su primer dueño, en homenaje a Emilio Castelar y Ripoll, presidente de la Primera República Española. En el subsuelo del hotel funcionaba la peña Signo, importante lugar de reunión de la intelectualidad argentina y del extranjero, contando entre sus concurrentes a renombrados artistas como Alfonsina Storni, Norah Lange, Oliverio Girondo, Luisa Vehil, Milagros de la Vega, Conrado Nalé Roxlo, Jorge Luis Borges y Federico García Lorca quien habitó seis meses entre 1933 y 1934 en la habitación 704 del hotel, hoy museo–habitación, y había venido al país para representar Bodas de Sangre con Lola Membrives en el Teatro Avenida. En el mismo subsuelo funcionaban los estudios de Radio Stentor, utilizados por la Sociedad de Amigos del Arte como comunicadores de las actividades culturales que se realizaban principalmente en la Avenida de Mayo
En cuanto a los negocios, el más lujoso y grande fue el A la Ciudad de Londres, que ocupaba la cuadra sur situada entre Perú y Chacabuco, y que fue destruido por un incendio en 1910. Otros fueron el New England, la Sastrería Casa Muñoz en el 1119, el Mayson Perú, etc.
La Inmobiliaria
Era el más imponente establecimiento, inaugurado en 1910 y que aún sigue existiendo, que ocupaba la cuadra entre San José y Luis Sáenz Peña. Exhibía artefactos de luz eléctrica, bañaderas y lavatorios con modernos sistemas.
Fueron y siguen siendo característicos de la avenida los pasajes peatonales, 14 en 6 cuadras, que la conectan con alguna de las dos calles paralelas que la contienen. Algunos de los más destacables son el Roverano, el Barolo y el Urquiza – Anchorena
Los cafés
"Ciudad que en la Avenida de Mayo se hispaniza con teatros infectados de majas y baturros y el olor del glorioso chocolate con churros. "
-Manuel Mujica Láinez -
Surgieron en la avenida numerosos cafés a la española que incluso preparaban el clásico chocolate con churros. En ellos, artistas, escritores y políticos crearon un refugio de intelectuales, a la vez que los exiliados franquistas y republicanos discutieron o pelearon violentamente mientras duró la Guerra Civil Española.
Café Tortoni
El más representativo, destacado y más antiguo de Buenos Aires que aún sigue funcionando:
el Café Tortoni, inaugurado en 1858 y que funciona desde 1880 en el sitio actual, aunque su entrada estaba situada sobre la calle Rivadavia. Recién en 1898 se le construyó la entrada principal en el nº 825-833 de Avenida de Mayo, que como se mencionó se había inaugurado en 1894. La fachada fue realizada por el arquitecto Alejandro Christophersen. Fue el primer bar de la ciudad en colocar sillas y mesas en las veredas.
En él funcionó la peña Agrupación Gente de Artes y Letras, inaugurada en 1926, que era capitaneada por el pintor argentino Benito Quinquela Martín. Entre sus asistentes se encontraban Alfonsina Storni, Baldomero Fernández Moreno, Juana de Ibarbourou, Arturo Rubinstein, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, y Molina Campos, entre otros. Sus mesas vieron pasar figuras de la política como Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio y Marcelo Torcuato de Alvear; populares como Carlos Gardel, y Juan Manuel Fangio; o de prestigio internacional como Albert Einstein y Federico García Lorca. La agrupación cerró en 1943, pero el bar y su bodega siguen brindando espectáculos culturales, en especial de tango y jazz. El café conserva la decoración de sus primeros años.
Parece ser que los mejores chocolates con churros se servían en La Armonía, fundado en 1899, y conocido también como el café de Los Cómicos pues allí se hacían presentes muchos actores salidos de los teatros de la zona. Se encontraba al 1002, en la esquina con la calle Bernardo de Irigoyen, y su esplendor lo tuvo en 1910.
La Castellana, en esquina con la calle Lima, era un café al que a principios del siglo XX podía concurrir toda la familia (en esa época se veía como impropio que una mujer concurriera a un café). En este local se instalaría luego una recordada joyería de nombre Escasany. Pero a fines del siglo anterior fue un lugar de peleas entre porteños y españoles que seguían día a día la lucha por la independencia cubana.
Un café que fue también importante centro de reunión de intelectuales fue el del Hotel Castelar, que aún existe. En él se reunía la peña Signo, formada por el andaluz Federico García Lorca, que durante seis meses vivió en el hotel.
Café Iberia-(Ex La Toja)
El café que en 1897 se abrió con el nombre de La Toja, y desde 1936 se llama Iberia, en la esquina sudeste con Salta, era concurrido por correligionarios del viejo partido de Leandro N. Alem, ya que en la cuadra vecina se encontraba el comité central del radicalismo. Desde que se llamó Iberia contó con un salón dedicado a las familias, si bien siguió siendo fiel a su destino político. Durante la guerra civil española fue el más famoso reducto de republicanos. En el año 2006 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires hizo colocar sobre su pared exterior dos placas homenajes con las inscripciones
Homenaje de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los caídos, exiliados y represaliados en defensa de la II república española en su 75 aniversario.
1931–2006 -Esquina de la Hispanidad.
Lugar característico de la cultura hispana por más de un siglo.
Esquina de la Hispanidad:
Café Iberia (ex reducto de republicanos), en la esquina de enfrente (derecha de la imagen) estaba el Español, donde se reunían los franquistas.
En la esquina de enfrente de La Toja, se encontraba, al 1208, el Español, que por el contrario fue el más importante reducto de falangistas. Enfrentamientos entre ambos bandos, con heridos, y sillas arrojadas desde un café al otro eran comunes. Se cuenta que una noche llegó la noticia al Español de que el general Emilio Mola había muerto y un parroquiano en vez de lamentarse empezó a festejarlo, lo que provocó una pelea grave con heridos e intervención policial. En cuanto al café Iberia, uno de sus propietarios, Daniel Calzado, tenía también una cervecería llamada Berna al 1400 de la avenida, famosa por su emparedado Berna (de lomito con anchoas). Cabe aclarar que hubo muy pocas cervecerías sobre la avenida.
Los periodistas del famoso diario Crítica, de Natalio Botana, se reunían en el Avenida, al 1493. Una noche un grupo de falangistas irrumpió en el local buscando pelear con el coro de republicanos que habitualmente cantaba allí, pero confundió a los periodistas con aquellos, recibiendo así los del diario una feroz paliza.
Entre otros cafés, ya sea de los que cerraron o aún subsisten, se destacaron el París, en el nº 602, donde alguna vez cantó el dúo Carlos Gardel-José Razzano, que luego se llamaría Montevideo Chico y sería lugar de reunión de exiliados uruguayos. En el 729, estaba el Latino, al que solían concurrir periodistas y personal del diario La Prensa, Tribuna Libre y la revista Caras y Caretas, todos situados cerca del mismo.
La Cosechera, al 625, era concurrido por escritores como Alfredo Bufano, Roberto Arlt, Conrado Nalé Roxlo y el poeta español Pedro Herreros.
Entre los establecimientos en los que se difundió el tango se pueden mencionar el Gaulois (más tarde Central), donde Julio de Caro tocó de joven y además estrenó su tango Mala Junta. En el Colón, en la intersección de la avenida con Buen Orden (hoy Bernardo de Irigoyen), debutó el mencionado De Caro y en 1926 Pedro Maffia se presentó con su primera orquesta. Este lugar era un reducto de anarquistas. Su propietario español detestaba el alcohol y por lo tanto no lo servía en el bar, por eso se esmeraba en ofrecer el mejor café de Buenos Aires.
En el 1199 se encontraba el café del Hotel París, del que fue habitué a fines de siglo el futuro presidente de la Argentina, Hipólito Yrigoyen, junto con sus correligionarios radicales.
Varios cafés utilizaron la denominación Los 36 Billares. Uno de ellos se encuentra actualmente y desde 1894 dentro de un edificio de varias plantas en el nº 1265, obra de los arquitectos Tiphaine y Colmegna. Fue pionero en tener mesas de billar en sus instalaciones, que todavía posee en su subsuelo. Granito rojo combinado con otro más claro, debajo de las grandes ventanas, reviste actualmente su frente, iluminado por tres faroles. El salón con piso granítico rojo tiene una boiserie con racimos de uvas taraceados.
Tampoco faltaban los cafés como el Puerta del Sol, al 1100, cuya especialidad era la oferta de mujeres.
No era café, pero merece mencionarse aquí la confitería La Victoria, en la intersección con la calle Chacabuco, que fue uno de los primeros lugares donde se pudo probar un balón de sidra.
El Parque Goal, al 1400, era una gran barraca en la que solían reunirse payadores. Se abrió en 1917 y cerró en 1930. En él se hicieron famosos los temas Mis Harapos, de Alberto Ghiraldo, y Canaro en París, de Scarpino y Caldarella.
" ¡La Avenida de Mayo! Insinuación y presencia de lo andaluz y madrileño. Castañuelas y sabor de jerez puro; el calañés, el peinetón y la mantilla. Todo eso, con el vocabulario sonoro de cordialísima franqueza, se desparramó por sus veredas repletas de mesas familiares y rebasó en sus copas florecidas de invitaciones. Sí, sus aceras siempre se extendieron a lo ancho, con espíritu de comunidad simpática y acogedora. Costumbre pública de lo madrileño que da sabor al café de la tarde y mayor gusto al aperitivo de la noche, y que nunca fue posible en Corrientes, la internacional, ni en Callao, la residencial y aristocrática. Ricardo M. Llanes "
El grupo de elite española ocupó un lugar importante dentro del espacio social entre fines del siglo XIX y principios del XX en coincidencia con el crecimiento económico argentino de aquel entonces y con el fuerte afianzamiento en las relaciones internacionales de ambos países que se habían roto después de la guerra de la Independencia Argentina.
Entre 1895 y 1914 los barrios aledaños a la Avenida, Monserrat, San Nicolás y el llamado Concepción, concentraban más del 50% de los españoles de la ciudad (entre 1904 y 1909 se afincaron en la Argentina más de 170.000 españoles, el 32,4 % de ellos se estableció en Monserrat y 24,1 % en Concepción.
Teatro Avenida Previa a la inauguración de la avenida existían en su entorno asociaciones de españoles como el Centro Gallego, La Unión Gallega, La Asociación Patriótica Española y el Centro Asturiano. También la prensa escrita de los inmigrantes se hacía presente con publicaciones como El Correo Español, La España, El Gallego, Antón Perulero y Almanaque Sudamericano.
Al abrirse la arteria se convirtió en la preferida de la colectividad española y así la mayoría de los hoteles, cafés y casas comerciales fueron propiedad de los ibéricos. La zarzuela se estableció entonces en ella al establecerse los teatros Mayo, en 1893, y El Avenida, en 1908. El primero tenía la particularidad de que por lo angosto del terreno sobre el frente de la calle Rivadavia, se abrían las ventanas de los camarines, por no haber sido posible construirlos en la planta baja. Inaugurado por el actor español Mariano Galé, brindó sainetes, operetas y zarzuelas, además obras de comediantes argentinos. Fue derribado al abrirse la Avenida 9 de Julio.
En cuanto al Avenida, que supo ser refugio de la colectividad hispana, se levantaba desde 1908 en un extraordinario edificio que se incendió en 1979, reconstruyéndose luego uno más pequeño en 1994. El día de su reinauguración se pudo escuchar cantar al tenor español Plácido Domingo.
La Av. de Mayo fue también el lugar donde se recibió en 1926, entre aclamaciones de la muchedumbre de argentinos y españoles que gritaban y vitoreaban a España, a los tripulantes del hidroavión español Plus Ultra, entre ellos su comandante Ramón Franco, que batió el récord mundial de distancia con escalas, volando desde España hasta Argentina. También se recibió numerosas veces como héroe al popular Jorge Newbery, el aviador, deportista, ingeniero y hombre de ciencia argentino que fue uno de los primeros aviadores de habla hispana y que tantos récords batiera en globo, avión o deportes que practicaba.
Diversos acontecimientos cruentos también se desarrollaron en ella.
En su intersección con la avenida 9 de Julio, sería epicentro de manifestaciones de protesta masiva, como la que se gestó el 30 de marzo de 1982, organizada por la CGT-Brasil y que congregó a miles de personas para exigir democracia a la dictadura militar de aquel entonces, terminando luego de una severa reprimenda policial. También ha sido siempre el lugar clásico de las manifestaciones de derechos humanos.
Por tratarse de la vía que une al Congreso de la Nación Argentina con la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo, es la ruta obligada de los electos presidentes de la Nación los días de las asunciones, y el lugar predilecto para los desfiles de protesta, para la realización de las celebraciones durante las fechas patrias y donde el pueblo presenció con tristeza el desfile lento de los cortejos fúnebres de muertos ilustres.
A partir de los años sesenta la moderna pero insulsa arquitectura le hizo perder bastante de su carácter a la noble vía.
El decreto del Poder Ejecutivo Nacional nº 437 del año 1997 declaró la Avenida de Mayo como Lugar Histórico Nacional, lo cual implica que no se pueden alterar las fachadas de los edificios ni poner determinadas publicidades y marquesinas. Todo aquello que modifique las estructuras debe ser previamente aprobado por la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos.
Imágenes tomadas de Internet-
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Avenida_de_Mayo"
9 comentarios:
Fantástico paseo por la Avenida de Mayo. Me he quedado atónita a la vez que encantada. Eso sí, un poco cansada porque la historia y el recorrido es largo, pero ha merecido la pena.
Los cafés y el aspecto de la avenida tiene algo de sabor español, como dices. Y el chocolate con churros..... ¡qué bueno! Lo que relatas me parece magistral y muy interesante.
Definitívamente tengo que ir a tu Buenos Aires querido tiene clase y una gente maravillosa. Tú, princesa, ers la mejor muestra.
Tengo la boca manchada de chocolate pero va mi dulce beso.
AIRBLUE
Gracias por recorrerla, en verdad es larga la entrada, pero la avenida sólo son 10 cuadras. Esperá a que un día se me ocurra dedicarle una entrada a la Av. Rivadavia, que atraviesa medio país o a la Av. 9 de Julio, que es toda una hazaña cruzarla por lo ancha...creo que esas no entran en el blog jaja!.
Guardá energías para entonces.
¡Chocolate con churros!...justo para el frío de estos días, para los de este lado del charco.
Cuando hacía la entrada recordé algo, Air, un recuerdo de infancia; habíamos concurrido con mi padre a una función en el teatro Avenida (el que se incendió), invitaban con Jerez y rosquillas antes de la función y se escuchaban Jotas y Muñeiras. Al regresar con mi padre vimos que muchos no se pudieron resistir y estaban bailando y el resto festejaba.
Es curioso, pero no recuerdo que fuimos a ver, pero se me quedó esa imágen grabada.
Gracias, Air, te envío un helado de chocolate y un dulce beso (sin H1N1-por el momento)
Safiro:
Me hiciste pasear por una calle que amo. Es tan especial, tan bonita, tan llena de lugares históricos. Esos cafés son increibles. Sólo por pasar por su vereda, siento el "gusto" del café y porque no, del chocolate.
En el Avenida asisto a los espectáculos de Opera de la asociación Juventus Lyrica, con abono para los días domingo a las 17,30.
Es hermoso que la Opera esté al alcance de todos, subtitulada, desacartonada,
interpretada por voces de jóvenes profesionales.
La orquesta es una perla especial y la puesta en escena, una delicia.
No soy entendida, amo la MÚSICA y la ópera la disfruto ahí. Un café antes de entrar o a la salida y emprendo el regreso a mi Quilmes natal.
La fiesta es completa si tomo el subte A, con su formación de vagones antiguos.
Gracias por el recorrido, SUsana
¡Nena! HIperextensa tu investigación!!! No es un post, es un libro!!! Es bellísima la Avenida de Mayo, yo hubiera ido si me hubiera enterado, lo vi por la tele y me quedé pensando... ¿Quién merda promociona estas cosas????
SUSANA
Qué lindo lo que contás y como lo hacés...es que hay placeres que uno se puede dar sin gastar demasiado y que tienen un gusto muy particular.
Para mi es como visitar a una amiga entrañable, encuentro recuerdos de momentos gratos a cada paso.
Un beso, Susana y gracias.
ABRIL
Hiperextensa...¿A quién se le habrá ocurrido semejante entrada?, me costaba llegar al final y menos mal que no es larga la Av. de Mayo. Aprovechando que estamos "recluidos", la recorrí virtualmente...¡es tan linda!
Buena pregunta!!...ni te digo de las páginas oficiales, nunca encuentro lo que busco, termino en Wiki o por otros lados, me olvidé de agradecer unas fotos a Taringa.
Si continúa el encierro agarro por Av. Rivadavia...jajaja
Besos de Julio, Abril
Hola!!!!!
Que lindo y completo paseo que hemos hecho hoy de tu mano. como me gusta, porque detallas todo y no dejas nada librado al azar....
...la música extraordinaria....que pases un buen día mañana.
Un besote y abrazo de oso.
Definitivamente un día recorreré en tu compañia estas calles pobladas de recuerdos y vivencias tuyas; no sé que tengo con tu tierra que desde pequeña me cautivó con su dulce y melancólico sonido del bandoneón y la nostalgia mágica del tango. Estoy segura que no e quedaré con las ganas de bailar un tango con algún amigo tuyo...
Por cierto dos ritmos me esposible bailar: el danzón y el tango. Así que tendré que ir.
Las canciones de Eladia Blázquez y la voz de Mercedes Sosa, mis favoritas.
Una delicia estar aquí, me encanta...
Entre tanto me quedaré con el corazón, Mirando al Sur.
Gracias Safiro querida, por este magnífico lugar, cuando sea grande quuiero ser como vos!
Un abrazo muy cariñoso.
P.D. Yo no soy nada buena promoviendo mi país; dos son mis mejores maestras: Chela y Safiro, espero un día ser como ustedes. Sólo tengo un corazón que te brindo y compañia cuando desees venir por aquí.
Completísimo post Safiro, y magníficamente ilustrado. Enhorabuena.
Un saludo desde nuestro blog, que es el tuyo.
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