Santiago de Compostela
Este jinete argentino, salió de la ciudad de Buenos Aires en la República Argentina, el 28 de Julio de 2001, emulando a Aimé Tschiffely que lo concretó en el año 1925, montado en sus 2 caballos criollos Mancha y Gato.
Cruzará el Atlántico por avión y arribará en Amsterdam, bajando hasta la península
Ibérica, costeando el Mar Mediterráneo ... todavía continúa el viaje ...
Nacido en Bs.As., se dedicó a la producción agropecuaria en Santa Lucia (Bs.As.) radicandose en forma permanente en el campo denominado Rancho el Chaja desde 1978, siendo la familia propietaria del establecimiento desde 1942.
Desde 1976 a junio del 2001 se dedico a la explotación agropecuaria centrando las actividades en la siembra de cereales y oleaginosas y a la cría de caballos para polo y cría de porcinos.
· Secretario de Areco ante la Asociación Argentina de Polo
(4 goles de handicap)
· Presidente del Club Deportivo Central Córdoba, miembro de la agrupación armonia de ayuda a niños con capacidades diferentes. Vicepresidente de la Coop. De la escuela N 22, todo esto en Santa Lucia.
· Cursó Derecho en la Universidad de Buenos Aires.
· Ejercio como Procurador Judicial y Oficial de Justicia en San Isidro.
· Matriculado como Martillero Público Nacional y Provincial Colegiado en San Isidro.
· Perito Judicial en los tribunales de Capital Federal
TRES CABALLOS CRIOLLOS PUROS DE PEDIGREE
El Chalchalero
Niño bien
El Chajá
Jerónimo
"Jerónimo"
Caballo de raza Mustang, que le fué obsequiado en Estados Unidos.
Por razones económicas, Eduardo solo ha podido transportar por avión desde EEUU a Europa a sus caballos: "Chalchalero" y "Jerónimo" y continúa su aventura de recorrer el mundo a caballo en espera que alguien le ayude económicamente para transportar a "Niño bien" de los Estados Unidos a Europa.
http://www.deacaballoalmundo.com.ar/
http://www.clarin.com/diario/2006/02/14/conexiones/t-01141880.htm
En 2001, Eduardo Díscoli vendió su criadero de chanchos, su auto, su casa y todas las pertenencias materiales que tenía. Hizo las valijas, ensilló al “Niño Bien”, a “El Chajá“ y a “Chalchalero”, para partir desde Santa Lucía, su pueblo natal en la
Provincia de Buenos Aires, hacia ¡Estados Unidos! Su objetivo: llegar a Washington, cruzar a Europa, bajar a Africa y desde allí volver a Sudamérica.
Lleva recorridos más de 21 mil kilómetros y todavía le faltan unos tres años de camino. Acababa de divorciarse, estaba casi quebrado y buscaba un cambio de rutina. “A los 20 quise irme de vacaciones montando hasta Brasil pero mi papá no
me lo permitió. Así que, libre de todo compromiso, sentí que era el momento de volver a soñar y jubilarme de forma anticipada”, cuenta Eduardo desde Bruselas,
alternando frases con mordiscos a una brochette de ciervo ahumado.
Vale imaginárselo paseando con sus tres caballos criollos, vestido de gaucho, por la 5ta Avenida, haciendo flamear su deshilachada bandera Argentina: el tour no desestima ningún punto turístico.
En 1925, el suizo Aimé Tschiffely, unió las tres Américas a caballo, para demostrar la resistencia de la raza criolla. Este antecedente fue decisivo para Díscoli al momento de planear la travesía. Su plan:llevar los caballos hasta España, de donde son originarios.
Barcelona 2007
Santiago de Compostela
Aunque el trayecto era ambicioso, Díscoli logró ser auspiciado por Cancillería, que avisaba a las
embajadas argentinas de su existencia y de su posible arribo. De esta forma, consiguió que su viaje sea difundido por algunos medios pero, principalmente, logró invitaciones a las casas (o mansiones) de cónsules, funcionarios y gente vinculada a los caballos, que aseguraban que al “enviado argentino” no le falte nada.
Las aventuras de Díscoli pueden seguirse a través de su diario de viaje online. Allí se lee: “Dormí con príncipes en hoteles 5 estrellas, pero también, y sobre todo, en pocilgas, al aire libre, en estaciones de servicio, donde haga falta, con mendigos, delincuentes y toda clase de gente”. En algunos casos, por evadir de forma inconsciente las rutas establecidas, o por perderse terminaba transitando páramos, pueblos casi abandonados. Riéndose recuerda que, a veces, había gente que jamás en su vida había visto un caballo: “En algunos lugares de montaña, en Bolivia, la gente se asustaba cuando me veía llegar con esos animales”.
En Ecuador, cuando viajaba por un camino rodeado de árboles, una boa constrictora cayó por de encima de su cabeza y de los caballos, que salieron despavoridos. “Pero el encuentro más fiero- cuenta con orgullo- fue la vez que pasando por Potosí un perro salvaje se me agazapó. Bajé del caballo y cuando el animal saltó, saqué el machete y le corté una pata.” ¿Y el perro? Cayó al
precipicio aullando.
Pero el jinete también tuvo que hacer frente a problemas modernos: en Colombia, no pudo evitar chocarse con las FARC: “Me metí en la casa de un guerrillero, ¡mamita! Se puso brava la cosa. Me interrogaron pero yo en esos caminos usaba el brazalete de la Cruz Roja. Zafé, ese fue mi salvoconducto. Me dejaron seguir.
Viajar por Colombia fue difícil. Iba por la ruta y todos vestían de militares, no sabía quién era quién”.
Haciendo entre 30 y 40 kilómetros por día, la distancia del gaucho argentino según algunos diarios extranjeros, disminuía su dinero en análisis sanitarios de los caballos, impuestos y robos. Argentinísimo: la primera vez que le robaron fue en Rosario, cuando los muchachos de Santa Fe decidieron darle ánimo para su largo recorrido, quedándose con su reloj.
Entre los giros de su familia y amigos y las changas como guitarrero en restaurantes, junta para los gastos inmediatos. Han llegado a pagarle hasta 50 euros la noche.
Salvo por una jugosa donación de Coca-Cola de Estados Unidos (10.500 dólares para cruzar los caballos a Europa), generalmente se las arregla al modo criollo. “Hay veces que no tengo un sope y pienso ‘¿Cómo carajo sigo?’.
Pero ante la adversidad, me fortalezco. No pienso ni puedo abandonar este proyecto que ya no es sólo mío, sino de mucha gente que represento y que por diversos motivos nunca podría hacer lo que hago”, dice. Y sigue con un curioso optimismo:
Florencia
“Las mujeres me han tratado de maravilla. Supongo que porque a algunas les sale ese instinto maternal o también porque les doy lástima. Tal vez y por la pinta poco feliz que a veces llevo siempre alguna se me acerca”.
Eslovenia
jueves, 21 de agosto de 2008
http://www.prensajudia.com/shop/detallenot.asp?notid=9863
Israel: un gaucho argentino cabalgó por el Muro de los Lamentos de Jerusalem
AJN (21/08/08).- Eduardo Díscoli, que inició en julio de 2001 su “viaje a caballo
por el mundo”, llegó a Israel y este jueves pudo pasear por Jerusalem, donde cabalgó por el Muro de los Lamentos, la pared occidental que permaneció en pie tras la destrucción del Segundo Templo.
El argentino que lleva recorridos más de 33 mil kilómetros subrayó en diálogo con esta agencia que su paso por la Ciudad Santa fue la “culminación de una peregrinación”.
El gaucho argentino Eduardo Díscoli cabalgó este jueves por el Muro de los Lamentos de Jerusalem, como parte de su “vuelta al mundo a caballo”, quecomenzó en julio de 2001.
Mónaco
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) desde Israel, Discolí subrayó que su paso por la Ciudad Santa fue la “culminación de una peregrinación” que incluyó entre otros puntos el Vaticano, en Roma.
Díscolí, que profesa la fe cristiana, no pudo ingresar al Santo Sepulcro – donde
según los Evangelios se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de
Cristo- debido a la gran cantidad de turistas que visitaban ese sitio religioso.
El jinete fue acompañado durante su recorrida por las vírgenes de Luján y Guadalupe, según expresó a esta agencia.
El gaucho argentino tampoco pudo entrar en la ciudad de Belén.
Más allá de su intención de sentar un récord, Díscoli afirmó que la intención de su
gira es “llevar un mensaje de paz” a todo el mundo y “reencontrarse consigo mismo”.
Grecia
La recorrida de Díscoli se inició en el continente latinoamericano y siguió por
Estados Unidos y Europa. El 4 de agosto llegó a Israel: "Cada noche los argentinos me recibieron en un lugar distinto con asado y cerveza", contó a AJN.
El gaucho lleva tres caballos. “Chalchalero” es el equino con el que salió de
Argentina, y a ese animal se le agregaron “Jerónimo”, obsequiado por una india cherokee de Texas, y "Profeta Quemado”, con el que cabalgó hoy por el Muro de
los Lamentos.
Hasta el momento, según el portal de Internet Rosario3.com, Díscoli lleva
recorridos 33.000 kilómetros, lo que seguramente alcanza para considerarlo un
“verdadero récord mundial”.
Avignon-Francia
Atenas-Grecia
El argentino, que acumuló numerosas fotos, videos y entrevistas a medios de prensa, durante estos siete años, espera editar un libro sobre su experiencia.
El recorrido de Díscoli incluye para los próximos meses los destinos de Jordania y
Egipto para, desde allí, atravesar los demás países del norte de África.
Una vez en Marruecos planea embarcarse rumbo a Brasil, pasar por Paraguay y llegar a la Argentina desde Uruguay.
Díscoli cuenta hasta el momento con 187 banderas, incluida la de Israel.
La travesía del gaucho cuenta con el apoyo de Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y fue declarada de Interés
Parlamentario por la Cámara de Diputados de la Nación.
BK-HJP
Paris
http://www.deacaballoalmundo.com.ar/
Fotos y datos tomados de Internet.
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4 comentarios:
Buen día SAFIRO.
Es hermoso tu blog. A mí siempre me provoco una especie de sublimación el ver los caballos. Nunca tuve uno, pero los veo y es como si me jalaran hasta ellos, por lo menos a mi alma. Cuando los veo correr en libertad con todo su apogeo de ser ellos mismos, es como ver algo sublime que inspira libertas al ver sus crines al aire y sus patas como si volaran. Sus ojos tienen un brillo único que se pierde cuando los domesticas.
Gracias por tu visita a mi blog y tu hermoso comentario sobre ríos, vientos y sueños que siempre están presentes en la viada.
Un abrazo
Celia Rivera Gutiérrez
CELIA
Hola, me agradó leer tu descripción de ese caballo corriendo en libertad, con sus crines al aire, lo visualizo...y esos ojos, siempre digo que me gusta mirarme en los ojos de un caballo, suena raro...pero me siento atrapada en ellos.
Esa sensación de libertad experimento sobre un caballo, el sentir el viento en la cara...ay,
Celia, los caballos son mi debilidad, los adoro!
Gracias a vos por venir.
Un abrazo
¡Ojalá consiga concretar esta proeza!
Abrazos,
¿Salió mi comentario anterior?
Espero que sí, felicitaba a este hombre y le deseo éxitos en su aventura.
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